måndag 27 juli 2009

Mi viaje parece no terminar!

La vida es como un tren que va de estación en estación y cada uno de nosotros espera que llegue nuestra hora de bajar, pues el tren no es cómodo como la vida no lo es, a nadie se le ocurre quedarse a vivir en el, pues un tren es solo un instrumento, una experiencia pasajera, un medio para alcanzar un fin, no hay en el atractivos permanentes, solo se lo considera útil para alcanzar la meta, que nadie sabe cuando llegará, pero es tan seductora la idea de llegar a ella, que estamos dispuestos a vivir cualquier circunstancia en el viaje, todo vale como precio para llegar allí, algunos hasta piensan que si tuvieran que morir en el intento, lo harían, pues vale la pena el sacrificio, en Pro de intentar llegar a la parada tan ansiada, pero es curioso, pues nadie sabe a donde va, ni cual es la característica real del lugar en donde se tiene que bajar, es como una especie de lotería, que en el momento menos esperado nos toca, mencionan nuestro nombre y se supone que nos debemos bajar sin mas, es tan raro, pues pareciera que esas ansias incontenibles de llegar a ese lugar, nos hacen amoldarnos y luchar en el recorrido del viaje, miramos por las ventanillas observando todo tipo de panorama, miramos los paisajes y ciudades que pasan a diario, vemos llover y solear, campos buenos y terribles desiertos, pero solo eso hacemos, mirar, y en cada instante nos preguntamos si será esta la tierra, la ciudad, la montaña en la que nos tocará bajar.

Cada vez que el tren se para tratamos de ver los rostros de los nombrados y queremos encontrar en esos rostros una expresión, ya sea de felicidad o de decepción, al encontrarse de frente a la puerta y el paisaje que detrás de ella les espera, y lo extraño es que no hay manifestaciones de ese tipo, mas bien hay una especie de sensación de sorpresa de haber sido llamados a bajar, y de querer enfrentar aquello que tanto esperaron con mucho valor y que no supieron que sería, aunque no se parezca en nada a lo que ellos habían soñado en tan extensa travesía, y una y otra vez me pongo en el lugar de ellos y trato de ensayar cual será mi actitud en tan importante hora, solo que quedo perdido en mi confusión interior, pues ni siquiera yo se en que lugar me tocará descender, y día tras día la maquina sin descansar nos lleva por una ruta sin final, y es por eso que esta tarde al mirar por los cristales, veo como están mojados por la lluvia y veo la vida de los demás pasar frente a mi, van y vienen, cada uno en su preocupación, cada uno con su vida, que es mucho para pensar y me pregunto seriamente en lo mas profundo del corazón ¿ha donde va tu vida caminante? ¿Cual será tu lugar? ¿A dónde te tendrás que bajar? ¿Estas preparado ya?

El caminante

2 kommentarer:

Selamawit sa...

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

A. Machado

Milena sa...

Hermano!
Me ha gustado lo que has escrito, estoy de acuerdo contigo, pasajeros somos todos y si, el tren es tan solo un instrumento para alcanzar nuestro destino, mientras tanto hay que gozar OBSERVANDO los días soleados, nublados, las lluvias, la gente que conoces en el tren... y cuando hayamos hecho todo eso estaremos listos para bajar del tren hacia el destino tan ansiado...
Muchos abrazos compañero de tren